paradito en el umbral de las decisiones

Estoy paradito en el umbral de las decisiones. Sí, justo ahí donde podés ver las cosas con la incertudumbre del que podría lanzarse al vacío en cualquier instante. En el mismo lugar donde alcanzás a ver las huellas de lo recorrido, divisar la largada pero no distinguir la llegada. Es ahí dodne me pregunto que mierda hacer con todo esto. Es acá donde viene bien tener algo de qué aferrarse, alguien a quien abrazar, alguien que te abrace. Es precisamente acá donde uno necesita esa fuerza, ese apoyo sutil, casi invisible, de un adulto responsable, para preguntar, para sacarnos la vista del ombligo por un rato.
Trago saliva, me tomo un rato para volver a escuchar una música que se desgarra de alguna guitarra y pienso que es temprano para el licor, el fernet, el humo y todas esas que a veces acompañan las vueltas al ombligo que uno da pero también que es un poco tarde para andar mirando para otro lado.
En este umbral extraño donde la desición parece estar tomada pero la acción no me acompaña, la cosa se pone espeza y angustia un poco. Tener tantas cosas en la cabeza y no poder ponerlas en práctica por la propia torpeza, por cagazo, por andar distrayéndome con otras cosas...
En este lugar donde me siento parado todo parece igual de facil y de dificil y cuando la balanza no se inclina para ningún lado uno no termina haciendo nada, ni lo fácil ni lo difícil.