Solo hay dos bocas. No se besan, se rozan, se deslizan, se atraen pero no llegan a tener contacto. Él acerca sus labios al oído de ella y le corre apenas el cabello.
Él -¿Vale la pena descifrarte?
Ella -Ni lo intentes...
Él se aleja apenas y la observa. Ella no sonríe, baja la mirada, se muerde suavemente el labio inferior, duda un instante y lo besa. Él por dentro sonríe sin que sus labios dejen de ocuparse de aquel postergado beso.
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6 comentarios:
Escribís tan lindo que dan ganas de ser ella...
Gracias! A mí me dan ganas de ser él.
Sutil... Imposible no dibujar las imágenes en la mente
El camino se construyen con detalles.
Muy lindo, Fede. Me recordó al capítulo 7 de Rayuela.
El solo hecho de que te haya hecho acordar a algo que escribió Cortázar, para este humilde servidor es más que un halago. :)
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