domingo, 16 de diciembre de 2012

Frágil

Son esas cosas de las que uno -en general- se quiere escapar pero siempre termina cayendo. Medio alborotado, un poco golpeado, me arrimo al domingo con la idea de reactivar este espacio. En particular, cuando empiezo a escribir nunca se bien a donde llegaré. También, acepto que suele haber un móvil que invita a la partida. Después de unas semanas moviditas, unos días agitados y unas tardes decorosas, pienso en la idea de dejar partir y creo que es la que va. Cuando todo parece una vidriera, donde nada cambia demasiado y poco hay de vitalidad en los muñecos disfrazados, aquello que creíamos cotidiano se vuelve frágil como el cristal que separa a los maniquíes de la vida real. En ese instante, es cuando no hay mejor solución que dejarlo ir, para estar abierto a nuevos viajes, nuevas búsquedas, más inquietudes. Duele un poco, da vértigo pero, a la larga, es lo mejor.

2 comentarios:

una sardina dijo...

Me hiciste acordar a algo que le escuché a Borges, que decía que cuando empezaba a escribir, no sabía de antemano si iba a ser poesía o prosa. "Eso se ve después". Groso tener esa libertad.

Te quiero!!

ANTIHéROE dijo...

Borges es Groso y más groso es que este manojo de palabritas sueltas te hagan pensar en un groso como Borges. Sardina creo que me alegraste el domingo, aunque internamente sepa que no soy digno.