jueves, 2 de diciembre de 2010

Caer

El asunto es sencillo. Él se despierta, cree haber soñado con ella. Al rato, se da cuenta que soñó con ella. Soñó que ella subía las escaleras de aquel edificio hasta la terraza. Los fragmentos se acomodan lentamente. Todo se arma en su cabeza. Ella cae del edificio y él no llega a rescatarla. El sueño es recurrente. Él sabe que ella es diferente, sabe que existe.
Se vuelve a despertar. Esta vez la sensación es diferente. La puede salvar. Salta de la cama y corre hacia el edificio. Llama al ascensor, ansioso, no puede esperar. Cuando se dispone a correr por las escaleras, escucha el golpe seco contra el asfalto.
Despierta angustiado, exaltado. Sabe que hacer. Corre. Entra al edificio, sube escaleras arriba. LLega a la terraza, ella todavía está ahí, un instante los separa. Él intenta hablarle. Ella se deja caer.
Despierta aturdido, ya no sabe que hacer pero no la quiere perder. Sale de su casa a toda velocidad. Esta vez no piensa que hacer, simplemente se empuja a correr más rápido. Ella sube cada escalón con la calma de los que no tienen vuelta atrás. Él corre, recuerda la cantidad de veces que no la entendió, vuelve a su memoria la sensación que los separó, el vació, la distancia, el amor, la necesidad de saber que el otro estaba bien. Entra al edifcio, sube por las escaleras. En cada piso que avanza, una ventana, le muestra el cielo limpio, le da la pauta que ella aun no se tiró. Llegando casi al final, la ve caer por la ventana. Él ya no piensa. Toma envión y se tira atrás de ella. Ambos caen. En el aire, la abraza.
Ella se sorprende de verlo ahi, cayendo juntos. Él la sujeta contra su pecho, entre sus brazos, intenta protegerla mientras siguen cayendo. Ella lo mira a los ojos con ternura, lo besa. Él cierra los ojos y la abraza fuerte. Solo quedan unos pocos metros para que esto se acabe.
En la oscuridad de sus ojos cerrados, se da cuenta que algo no está bien. Abre y sus pupilas se impregnan de la imagen más increible que había visto. Ella estaba tranquila, lo sujeta fuerte, desplega sus alas y vuela. Salvándolo, salvándose.

3 comentarios:

Show must go on dijo...

Realmente increíble. Emocionante.
Y el que no se sintió representado, nunca vivió... por ende, que suba y salte...

Anónimo dijo...

Pense que cuando se tiraba, se despertaba abrazado a ella.

Cada uno hace su viaje ;)

ANTIHéROE dijo...

Gracias Kurama y Anoonimo. cada uno con su viaje, muy cierto.
Gracias por comptartir un ratito de este viaje.