nada demasiado complejo

... y bueno, parecía que era incontenible... las ganas de vomitar, la necesidad de escribir, la búsqueda de cambiar de nombre para volver a ser yo.

Todavía no son las 8 de la mañana, oficialmente el festejo terminó y a mí me quedaron picando alguna ideas. Cosas simples -nada demasiado complejo- pero me dejaron pensando en algo, me despertaron y me volvieron al camino.

Anoche cenamos, al rededor de la mesa fuimos 5 y -simplememte- sudecidió. Cada uno cargaba con un fin de semana extraño, para unos más, para otros menos, pero quiero creer que todos traíamos algo más que gans de comer en la mochila.

En lo personal, fueron de días de cambios, de jeta contra el piso, de corte interno y de etapas que no van a volver. Torpemente, deslicé la idea, me enredé y caí. Me hizo bien -a la larga- saber que ella estaba a salvo, que ya había empezado hace rato un nuevo camino.

Había descubierto el último eslabón que me ataba a un pasado noble pero de mucho dolor. Sin pensarlo demasiado, me encontré separando algunas cuantas cosas, desalojando recuerdos, moviendo objetos.

Cosas de valor emocional para alguien que ya no está en ese cuarto pero que sigue en mi corazón. Mientras separaba cada cosa que le encontraba valor, me prometía que ahí donde ya no había vida, yo plantaría cosas lindas. Y así es.

Saben lo poco que me gusta ponerme obvio y lo inevitable que me resulta a veces pero le esquivo a la idea con una pared tratando de encontrar en el juego asociado, el "tiki-tiki" de los no campeones.

En esta pared que juego, abriendo la pelota para la izquierda, encuentro a mi amigo y pienso en sus circunstancias.

Lo inevitable, anoche formó parte de la mesa, aunque solo él mencionó el tema, eso que le dolía, que lo ponía triste, que no quería discutir ni disimular, solo transitarlo sin sentirse juzgado.

Entonces, fue en ese instante cuando volví a sentir orgullo de mis amigos, de ese puñado de héroes que tantas veces acudieron a mi rescate. Esta vez, le tocaba a otro y ahi volvierona lucirse con sus dones secretos, despleando magia dodne habia dolor, amor donde habia dificultad y una entereza enorme donde había dolor.

Uno de nosotros simplemente necesitaba decirlo, sacarlo y sin esperar que nadie le diga nada, solo que lo escuchemos, que respetemos su silencio, su lincencia.

La noche empezó muy bien, sin pretenciones, sin demasaido marketing, de convocatoria simple, de acceso directo. Una cena que preparó uno de nosotros y la hizo con tanto amor que fue exquisita, un postre, un habano, un poco de humo, una iniciación, 4 litros de cerveza, 6 de coca, medio de ferné, uno de vino y 3/4 de café, hicieron de la cena con amigos del 2009 un momento inolvidable para mí.

Y acá estoy, madrugando, vanalizando algo sencillo, poniendo en palabras eso que es tan intangible como la amistad, como el cambio. Y este compendio de días, que cerró su círculo anoche, para mí fueron bisagra y por eso decidí cambiar nuevamente de nombre para chocar con el mismo, para ser más amplio, para sentirme más antiheroe que nunca.

A ustedes, amigos, gracias.